top of page
Cacao Magazine
Comparte tus experiencias de viaje de México y el mundo, recomendaciones  de hospedaje, gastronomía, tradiciones, cultura popular, arte, literatura, poesía o simplemente  lo que mas te sorprenda del sitio que visitas.

¡Forma parte de nuestra comunidad de escritores!


Escríbenos a:
vetcacao@gmail.com

Eterna luna, dualidad, despedida.



Hay muros que son difícil de tumbar, hay piedras que aunque pase el tiempo no es tan fácil derrumbar…

Ha pasado el tiempo y pareciera que no ha transcurrido un solo minuto desde el último instante que caminábamos entre recuerdos, piedras y hojas secas…

¿A dónde vamos juntos?

Si separados entre la noche, los sueños y la distancia nos seguimos componiendo manifestaciones de arte y amor.

Lamento decirte definitivamente: ¡ADIOS!

La segunda oportunidad siempre es el mismo hoy, la misma oportunidad que me di a misma sin pretender algo para ambos, la misma que te diste tú y me diste a mí, pero vemos para polos distintos, sin amistad, sin amor.

Ahora me quedo con más trabajo que antes, con inquietudes grandes que ya habré de resolver.

Volver a verte fue el mayor regalo que pudo brindarme Dios y la vida misma, saber que estas bien, mejorando por ti, aunque después de esta semana quizá al cuerpo lo abrace una profunda depresión, rescato del tiempo nuevo, el hermoso saber de ambos que después de lágrimas, silencio y ciento diecisiete días aún nos amamos, aún me amas, aún te amo, pero no podemos estar juntos.

Estoy luchando conmigo misma para no llamarte, para callar mi silencio, aunque cada noche te leo, leo tus cartas, escucho tu música, huelo el clavel que me has regalado hace unos días y debería hoy estar muerto, pero no sabes cuanta vida tiene, sus pétalos rojiblancos, fuertes, firmes, duros. ¡VIVO!

Sigue vivo en un vaso de agua sin que le pegue el sol. ¡Sigue vivo! Y empiezo a pensar que es por lo vivo que está aún nuestro amor.

Tu y yo sabemos que somos la mitad del otro, es tan raro como nuestro se complementa en una línea o idea, te complemento y a la inversa, comprendes tan bien mis inquietudes y en un segundo sin que hables puedo a veces descifrar tus pensamientos, cuando escribimos, cuando escribes, cuando te leo, cuanto expongo ante ti mis sueños y planeamos resolver el mundo juntos, cuando me cantas, cuando compartes tus notas y letras, cuando en un segundo podemos componer artísticamente todo, cuando tus manos juegan, cuando mis brazos aunque seas tan grande te acunan, cuando acaricio tu cabello y podemos hablar de tantos temas sin aburrirnos, juntos, sabemos ambos que somos el uno para el otro, lo sentimos, lo sabemos…

Pero no puedo engañarme a mí misma, tengo que abrir mis ojos aunque me duela el alma, porque al aceptar lo bueno también acepto la oscuridad perdida que a veces nubla tu vista, con ello es con lo que no puedo, amo tu parte bondadosa, amo tantas cosas de ti, incluso tu mal genio controlable, tu molestia del día a día, pero existe en ti una oscuridad latente que envuelve tu mente…

Esa oscuridad, esa oscuridad en la que te hunde el silencio y no tengo acceso, esa oscuridad de tu mente, de la cual no puedo rescatarte a la luz, porque decides que esa oscuridad sea más grande que tú y que yo misma, ahora reirás por mi metro cincuenta, lo sé pequeño anfibio, reímos y lloramos al mismo tiempo. Siempre.

Lamento no poder con la oscuridad que cargas contigo, que mi amor verdadero, no pueda sanar tus heridas, si algo me duele en esta vida, es no poder sanarte, es no poder realmente curarte amor mío…

Me duele y me duele en alma, es algo que me destroza en mil cenizas y esas cenizas las devora el sendero de la vida, me has dicho antenoche que yo soy desencadénate de todo lo malo en ti, pero sé que eso no es verdad y con ello no puedo siempre ayudarte, porque hay cosas que dices y haces que no son parte de la realidad.

He comprendido después de un largo trabajo conmigo misma que yo no soy responsable de ti, que yo no tengo la cura al caos de tu mente ni a la locura que habita ahí, que yo no puedo salvarte de ti mismo, es por ello amor mío, que aunque te ame, tengo que alejarme para siempre de ti.

Suena horrible, en verdad es horrible y no tienes idea de cómo brotan de mis ojos ríos y mares, hasta inundar la habitación en un océano de azul infinito, búhos y quetzales sobrevuelan mi alma con las notas flamencas que acunan mi calma, notas que no ha logrado llegar a mi corazón pues hace mucho tiempo que te lo he entregado, ese corazón del que yace una escalera hasta el cielo para hablar cada noche con los ángeles y querubines que tus sueños han de postrarse.

Dios habita ahí. ¿Tú has preguntado si existe un Dios, un cielo y una Virgen que escuche la locura?

¡Si amor! ¡Existe!

Dios está en tus manos, en tu arte, en tu corazón, en el sendero que marcas cada día, en el esfuerzo de esa lucha inquebrantable que realizas contigo en las lunas, en los amaneceres.

¡SEGUIRAS! ¡LO SÉ!

Aunque sea sin mí.

Existirán quizá para mí composiciones y acordes que jamás logre escuchar, pero sé que estaré en ti, sabes que día a día te estaré pensando, te estaré escribiendo hasta que calle en mi ser la última nota del cuarteto de cuerdas, hasta que calle en mi ser la última cuerda de tu guitarra vieja…

Hasta que el silencio siga siendo música en la última estrofa de la sinfonía de notas que no he de lograr entender, pero que mi alma comprende nuestro mutuo sentir.

Sabes que eternamente te amare, porque no se ama así dos veces en la vida, ambos lo sabemos, ambos lo sentimos.

¡Mírame a los ojos!

Yo no quiero mirarte, porque si los observo como víbora que embruja me pierdo en ellos, en tus palabras, en tu poesía, en tus suaves dedos que juegan con las cuerdas de mi cuerpo, en tu música infinita, en tu ocarina cautiva.

¡NO PUEDO MIRARTE! ¡NO PUEDO ESCUCHARTE!

Si me dices que has de amarme, lo sé, lo entiendo, pero yo no puedo curarte.

Mi padre me ha dicho que yo soy para ti como una droga, me ha preguntado si alguna vez en mi vida por curiosidad he consumido alguna, negativa y verdadera fue mi respuesta, intentó explicarme entonces, que es muy difícil quitar un amor embelesado al ser que ha llegado amar profundamente desde el interior de una cueva sulfurosa, como si deseara extraer una perla de las piedras incrustadas por miles de años, las rocas rugen furiosas , la oscuridad abraza la noche imposibilitando el motivo para liberar a la perla, aquella piedra rara y preciosa que entre luz, mar y oscuridad es cautiva pero a la vez, la perla misma pertenece por si sola a la cueva, la cueva es de ella.

Me ha escuchado rogarle a Dios entre lágrimas mis plegarias, ha dicho entonces entre abrazos y mis largos mares de llantos, que aquella decisión de vida es mía, nadie puede prohibirme o negarme ese amor que siento por ti, pues cesar este fuego interno no será más que un fénix que muere y nace eternamente, sin embargo conozco el precio de la decisión, esa voz que oprimirá la luz interna, las lunas, amaneceres y cada lucero crispido, lo sé, ya lo he sentido más de una vez contigo.

Y no tienes idea de cómo me enerva el sendero, como lloró cuando por ti rezo, pero poner cada segundo el alma en un filo, la inquietud es constante, el estado de alerta a tu sentir es alarmante, tranquilidad fingida cuando tu mente empieza a nublarse y ahí entonces, puedas llamarme por siempre actriz, para que crear ante ti mil escenas cuya dramaturgia sea suave, lenta, sin texto, en un segundo he sido tu dramaturga e interprete infinita de cuerpo y mente para que puedas eternamente ante el caos y la furia, sonreír, pero vivir en el filo no puedo, por ello que he de irme entre rezos y llantos, he de irme amor mío.

Tu oscuridad es grande, muy grande como la boca de un lobo que devora tu ser, tu mente se nubla con el corazón roto sin haber un solo motivo, se desenmarañan como cadenas de sangre migajas de senderos rotos que nacen del interior en tu alma, las voces te hablan en doce idiomas sin que logres entender alguno, lenguas titilantes derrumban los muros, cuando eres dócil todo es más fácil basta acurrucarte en mi pecho y acariciar tus negros cabellos, basta dejar que llores mientras trenzo tus sueños, basta jugar con tu barba y que mis dedos cierren en pequeños canticos tus tiernos ojos y besos.

Existen noches que deambulas sin dormir, tu energía es tan grande que ilumina la habitación donde yaces, tus notas cantan con flores, acordes y soles.

El iris resplandece en tus largos y tiernos cabellos, sonríes, juegas, vives, amas, destellas…

Exceso de litio deambula en tu cuerpo, pies descalzos deambulan entre el violín y las cuerdas, sonidos, sinfonías con el pequeño fígaro que te canta al oído, diciendo en pequeños silbidos ¡ESCRÍBEME! ¡ÁMAME! ¡COMPÓNME! ¡SUEÑAME EN VIDA!

Es tu voz y el danzar de mi pelo en tus brazos, que así puedo eternamente amarte, con risas y tiernos desvelos, entre el piano y el violín, letras y un pequeño querubín uniendo nuestros sueños, diversos, como todo, complejos.

Así, de ti, he de enamorarme, así, quisiera por siempre amarte.

Sin embargo en un segundo sin poder saber cuándo o en qué momento, has llegado a empuñar tu ceño, las uñas rasgan tu alma sangrando ilusiones externas, con metales y piedras golpeas las flores amarillas del sendero titilante, acribillas a puño cerrado tus sueños, los girasoles bellos se deshojan sin ganas de vivir y unos cuantos temerosos ratones a tu andar, te hablan al oído de las noches cuya osadía es templanza y bondad, la mirada se nubla con un color gris, humo o tierra, los ojos negros de la noche brillan, se externa una bestia dormida, una bestia grande sin rosto ni cuerpo, tan fuerte como las olas furiosas del mar, Poseidón se ha tragado al Hades rabioso, dispuesto a trasgredir cualquier mundo, interno, externo… infinito.

Los lobos aúllan en tu oído, mientras los gatos salvajes se devoran como cuervos uno a uno, el alma inquieta, la mente perpleja, de una bocanada para calmar después del caos en silencio: la oscuridad; de los girasoles no ha quedado ni voz, ni polvo, ni tallo, ni viento… solo unas cuantas rotas y pequeñas amarillas hojas, acribilladas que yacen entre la tierra o el mar y una a una las hormigas han de cargar.

Eres como el inverno en primavera, como la lluvia en el desierto, eres la nota, el lápiz sin punta sobre el blanco papel y la sinfonía misma de mi alma, eres tu amor y soy yo, lamento irme pedazo de cielo, eres la música y soy tu bailarina eterna de cada composición, la intérprete de tus palabras y tú, mi misma transpiración.

Lo lamento y en verdad lamento tanto habernos inquietado mutuamente, parecía que el caudal seguía ya su rumbo, lo cierto es que en silencio nos buscábamos hasta el día que la vida misma nos había de poner frente a frente, ambos sabemos ahora que nuestro amor no cesara, que nos seguimos amando y así será hasta el final de nuestros días, pues cuanto la última nota acabe de sonar, otra nueva comenzara a vibrar. Esté amor no tiene final, seguirá siempre vivo aunque estemos lejos amor mío. Lo sabes, lo sé, no tiene sentido.

Pero… Tengo que irme de ti, tengo que irme porque TE AMO, tengo que irme porque estarás mejor sin mí, porque estaré mejor sin ti aunque a veces te llore y te extrañe, tengo que irme porque deseo lo mejor para ambos, porque te amo, porque me amo y deseo ames siempre cada parte en ti.

Suena raro el decirte que me voy de ti porque “me amo” y eso es verdad porque para poder amarte como te amo, he comprendido que de ti, del caos y la locura yo no te podré salvar, sé que te amo verdaderamente porque desde hace más de doscientos días; cada noche rezo, lloro, imploro a Dios en tu mente tranquilidad, acaricio mi vientre recordando el tiempo ausente, porque mis letras y mi cuerpo interprete para ti no tendrá final.

Somos arte, letras, poesía, música, danza y teatro juntos, porque somos el final y el comienzo del mismo claro de luna, tus dedos y mis labios, tu cabello y mis sueños, tus ojos en la luna y mi ombligo en el canto que te acuna.

Bueno

Infinito

Positivo

Oculto

Lento

Angelical

Romeo

Inmortal

Deambulante

Artemis

Dualidad




​ivette Muro.

-Todos los Derechos Reservados -

REGISTRO INDAUTOR.


Archivo
  • Instagram
  • Facebook
  • YouTube
  • TikTok
  • Twitter
Entradas recientes
bottom of page