Voy a ser sincera contigo y conmigo misma, usted y yo nos gustamos en muchos sentidos, es posible que en todos pero me temo que somos exactamente iguales, es quizá lo que a ambos nos atrae del otro, un simple reflejo, su espejo en mi ser y el mío en el suyo.
Me atrevo a decir que somos similares por su excéntrica forma de llevar la vida, para mi común, para ti igual, para el resto.
¡Una locura! Usted como yo, ésta en una constante búsqueda, en la vida, en el arte; su mente, se encuentra ocupada por sueños, metas llamadas en realidad: “proyectos”; considera una frustración y se desmorona por un momento cuando un “proyecto se viene abajo” y después; usted como yo, está inventando ¿Qué hacer? para reorganizar los sueños y plantear nuevas mentas.
Usted, vos, tú... eres tan similar a mí, eres meticuloso con la limpieza y el tiempo, eres excéntrico con tu arte y te maravilla el descubrimiento de otros, quieres compartir y aprender, quieres caminar, descubrir y sueñas tanto, aquello no imposible...
Usted y yo, somos tan similares, que me atrevo a decir que lo que a usted le agrada de mí, es el mismo espejo de su reflejo en mi ser.
Me doy cuenta de sus molestias, por perder el tiempo en cosas de la misma vida, le irrita dejar de escribir, dejar de ensayar o dejar de crear; me atrevo a decirlo “por perder el tiempo”, es curioso, porque a mí vienen tantos momentos en los cuales me he irritado por la misma situación, ahora atravieso yo, un momento distinto en mi vida y permítame decirle que si usted analiza, cada pérdida de tiempo le puede sacar provecho en “los proyectos”, pero usted, ésta ensimismado en los sueños que no se detiene a observar un momento la vida.
El teatro es una abstracción de la realidad, quizá algún día lo analice, quizá no, cuando usted atraviese otro momento en su vida, como lo atravieso ahora yo, quizá hasta entonces lo tome en cuenta, quizá es, o es posible que no, le digo esto porque usted y yo, somos tan parecidos.
Me admira, usted a mí me admira, le gusto, yo a usted le gusto en muchos sentidos, puedo ver en sus ojos que usted siente hacia mí una gran atracción, escondida en el sutil reflejo de la admiración.
Me gusta, usted a mi gusta, desde sus ojos color aceituna hasta el ritmo y disciplina característico de su ser.
Le admiro, claro ésta que yo a usted le admiro, por su inteligencia, pasión y disciplina en su arte, usted a mí, me está enseñando cosas del mundo, del arte, de la vida y yo a usted, le estoy compartiendo recetas de como consolidar ciertos sueños.
“Proyectos” el idioma que hablamos los dos, sueños consolidando sueños, destino: el mundo.
Por eso me comprende, por eso lo entiendo, por eso sabe que odio perder el tiempo cuando no se llega al punto específico en los proyectos, por eso sé que le irrita no atender prioridades por comprometerse con otras, y dejar pausado el tiempo de los proyectos, me ha conocido irritada también, por la misma situación.
¿Ahora lo comprendes? ¿Ahora se da usted cuenta? Te hablo por mi cultura de “tu”, me habla por su cultura de “usted”, es más propio.
¿Ve que somos exactamente iguales cuando hablamos de sueños, de investigación, cultura, historia, arte y sueños?
Cuando hablamos de su vida y de la mía, reducida a una palabra: proyectos.
Su mente, está ocupada por sus sueños, mi mente está constantemente ideando sueños.
Me admira, me admira tanto como yo le admiro a usted, le gusto por ser tan “pila”, le gusto en todos los sentidos, en los mismos sentidos que me gusta usted.
¿Cariño? Sí.
Es posible que se esté construyendo, pero tú y yo, tenemos un grave problema, sí por un segundo cualquiera de los dos modifica su hacer, dejaría de gustarnos, de admirar y de querer, eso que nos atrae del otro.
Sí usted deja de crear por atender cosas simples de la vida, usted dejaría de llamar mi atención y si yo, dejo de ser tan “pila” por atender cosas simples de la vida, quizá le dejaría de gustar, eso que en mí admira.
¿Comprende lo que quiero decir? es por eso que le digo, que somos exactamente iguales, con las ganas de caminar y comerse al mundo con sueños, crear proyectos... Nuestro destino: el mundo, usted como yo, se encuentra más preocupado que en sí mismo, ocupado en prioridades sociales por lo cual, lo necesita su arte, tanto como me necesita a mí, el mío, es curioso considera como yo, que es menester seguir los sueños.
Coincidimos en éste momento de la vida, el universo se alineo para que mi cuerpo sin centro encontrará en los entrenamientos de arte la postura correcta para desarrollarlo, el universo conspiró para que usted evite ser tan disperso en los proyectos. Encuentra falta de disciplina en mí ser, como encuentro falta de organización en el suyo.
Coincidimos como dice Stanislavsky: “Aquí y Ahora” le gusta el teatro, como me gusta la danza, Krishna alineo el tiempo, el momento, el mundo para esta coincidencia.
Su Krishna. Mi Krishna.
Soy una estrella fugaz, difícil de atrapar: me cautivo. Eres una estrella fugaz difícil de atrapar: lo cautive.
Dos estrellas fugaces, eso somos, bellas interna y externamente; una vez alguien me dijo: “Coincide en la vida, con alguien tan bello como tú”.
Estrellas fugaces, eso somos, usted tiene su brillo propio, por eso lo miré, yo, tengo mi brillo propio, por eso me miró.
Soy una mariposa de mil colores, que vuela despacio y expande sus alas al sentir el viento, se sorprende con la vida, sueña pero vuela, no puede estar cautiva. Usted es una luciérnaga con brillo que todos ven, pero si atrapan se muere, necesita volar, necesita por ahí brillar.
Hace unos meses, casi se trunca mi sueño por la situación política social que en el arte, lo empezaba a amenazar en Colombia, hoy estando aquí, me doy cuenta que alguien defendía los ideales de arte, reformas y procesos; cambios que son contundentes y efectivamente visibles; el causante usted.
¿Se da cuenta? Aferrados independientemente cada quien a sus sueños. Y ambas cosas se cumplieron y entonces. Coincidimos. ¿Ahora comprende de qué hablo? Somos dos estrellas fugaces, las estrellas no se atrapan solo coinciden cada cien años en el cosmos, dos estrellas con su brillo propio, pero al fin de cuentas, fugaces.
Eso que justamente admira de mí, es exactamente lo mismo que admiro de usted, eso justamente que le atrae de mí, es exactamente lo mismo que me atrae de usted, y esto que quizá se esté descubriendo es un cariño de cada cien años, como las estrellas que solo coinciden. ¿Ahora se da cuenta de que hablo?
Estrellas fugaces, que no sobrepasará sus sueños, ni los míos, porque me atrevo a decir que usted y yo, somos tan similares, con un destino trazado y sueños perfectamente enfocados, dos estrellas con dirección propia. Su vida, es mi vida, mi vida es la suya, en diferente contexto y en diferente arte, pero existen dos palabras que disparan al cosmos a las estrellas fugaces: los sueños y el mundo.
Estrellas fugaces.
Ivette Muro.
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