Por Ivette Muro
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¿Cuántas veces no hemos escuchado hablar de las historias que nacen en el campo?
¿De preparar la tierra para tener una buena cosecha?
Un dicho popular menciona: “Todo tiene su tiempo”
Efectivamente, todo tiene un tiempo y lugar, para todo, para efectuar cambios y transiciones que han de marcar las pautas en el transitar de las diversas cosechas que como en el campo, se han de sembrar en la vida.
Con una decisión de vida, inicia por manos mexicanas la cosecha de uvas de Robledo Family Winery, un cambio de patria y el sueño americano que inició como tal: “como un sueño”.
Donde la primicia fue “Familia, Trabajo y Campo” con estos tres elementos claves comenzó la leyenda de “Uvas y Manos mexicanas” con el hombre de origen michoacano y mirada sabia: Don Reynaldo Robledo, fundador y pionero de Robledo Family Winery, quien desde temprana edad partió con su padre a otra patria en búsqueda de mejorar la calidad de vida de la familia, sueño que cumplieron.
La vida en otro país es distinta a como se concibe en México, el choque cultural, las acepciones, los nuevos conocimientos, la añoranza de la familia que se deja, el México que se queda al paso en la frontera, la gastronomía y alimentación se modifica; se quedan atrás las tortillas y el chile, sin embargo, en muy poco tiempo se plantean nuevos conocimientos que se incorporan de manera significativa en aquellos que desean sembrar “nuevas cosechas”.
A mediados del siglo XX, se convocó a manos mexicanas para rescatar la agricultura en E.U.A. con el programa de “Braceros” que significa brazos fuertes, con este programa migraron familias de México a E.U.A. en un acuerdo binacional propiciando el cruce legal y temporal de alrededor de 4.5 millones de trabajadores provenientes de México.
Durante 1942 y 1964 “Bracero o Braceros” fue el ejemplo con mayor importancia a nivel mundial sobre programas laborales, temporales y migratorios, que detonaron demanda en el trabajo y mano de obra en E.U.A. posterior de la Segunda Guerra Mundial.
Dicho programa llegó a su apogeo, identificando el contexto migratorio y temporal en una práctica común; alrededor de los 4.5 millones de mexicanos que se situaron en este programa por varios años en las granjas de E.U.A. transitando entre ambas naciones en un “ir y venir” pues regresaban de México a los campos de Texas y California.
De éste transitar nace la visión de Don Reynaldo Robledo, quien identificó áreas de oportunidad y crecimiento, teniendo siempre presente: “Familia, Trabajo y Campo”.
Al paso de los años, la cosecha de esfuerzo y dedicación dio frutos.
El trabajo de las uvas en manos mexicanas replanteó en Don Reynaldo posibilidades de emprendimiento en el mundo de los vinos, fundando entonces: “Robledo Family Winery” dedicando en sus vinos, una historia de vida, trabajo y pasión en las uvas que cosecharon manos mexicanas, honrando en las mismas uvas, la cosecha y los vinos, la simbología de un vino especial que representará a la familia con la uva cabernet sauvignog en alusión al Padre y cabeza de familia, la uva syrah por las nobles cualidades que posee y brinda la Madre y la uva merlot identificaría al hijo en un sincretismo que daría honor al legado.
Las uvas de California mantienen un cierto aire de misticismo en combinación con las manos mexicanas, que han permitido en Don Reynaldo identificar una pasión y entablar un diálogo con la tierra, el campo y las cosechas al paso de los años.
El programa “Braceros” pasó a la historia sin embargo Robledo Family Winery dedicó una botella especial en honor a todas aquellas personas que han cruzado fronteras, dejando su lugar de origen en búsqueda del sueño americano para trabajar con dedicación la tierra en otra patria hasta convertirla en propia, pues las uvas en manos mexicanas han transcendido fronteras en copas de vino con Robledo Family Winery.
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